La radio en el coche (o el sonido en movimiento) lo disfrutamos, sobre todo, cuando viajamos en ellos. La mayoría de personas valoramos mucho la calidad del sonido en nuestros vehículos ya que así no tenemos la sensación de estar solos si vamos acompañados de programas de radio, noticias y música.
La radio se introduce el el automóvil a partir del año 1922. El primer aparato era un prototipo que funcionaba a través de mandos giratorios desarrollado por George Frost. Este se incorporó en los coches Ford modelo T, considerado como uno de los más populares de la época y también el primer coche de la historia que salió de la fábrica con autorradio instalado.
Automóvil Ford modelo T, año 1922. Vía Gramho.com
La instalación de receptores de radio en los automóviles se enfrentó a unos problemas técnicos muy difíciles y desconocidos: cómo superar las interferencias eléctricas y ruidos producidos por el mismo motor del automóvil, encontrar el espacio para su instalación y que el aparato fuera lo suficiente robusto y resistente para aguantar sin averías en las carreteras en mal estado.
Debieron pasar algunos años para que el autorradio se incorporara masivamente en los automóviles. No obstante, en el año 1930, los Hermanos Galvin de Manufacturing Corporation de Chicago perfeccionaron el modelo de autorradio 5T71 con cierto éxito. Se trataba de un aparato más compacto y de dimensiones más reducidas que podía instalarse en casi todos los modelos de coches pero su peso era de unos veinte kilos, incluidas las baterías independientes para su funcionamiento.
Autorradio Motorola 5T71, año 1930. Vía motorolasolutions.com
Galvin Manufacturin Corporation quería una marca para la nueva radio, algo que generara impacto y confianza y le dieron el nombre de Motorola, sonido en movimiento -motor y ola-. Empresas americanas fabricantes de radio ya empleaban este mismo sufijo: como Radiola, Columbiola, Victrola, etc.
Diagrama de instalación de radio en automóvil, año 1930. Vía motorolasolutions.com
A pesar de todos estos cambios la radio aún tenía problemas, la instalación de radio en el automóvil era un continuo reto a técnicos y fabricantes. El cliente se sorprendía que para colocar una radio en un coche hubiera que soltar el tablero, arrancar el techo, perforar el suelo para colocar las baterías y montar un sistema eléctrico con una completa red de cables.
Autorradios en los años 50
Hubo que esperar hasta los años 50 para superar todas estas dificultades. A partir de entonces las válvulas eran del tipo miniatura que reducían el espacio, pero para su funcionamiento necesitaban emplear tensiones de más de 100 voltios, muy diferente de los 6 o 12 voltios que suministraban las baterías de los automóviles.
Para obtener esta tensión se ideó un componente electromecánico denominado «vibrador«, que consistía en un relé que hacía vibrar un conjunto de contactos que abrían y cerraban el circuito de un transformador que generaba alta tensión suficiente para alimentar el receptor.
Esquema eléctrico vibrador. Vía inc.com
Distintos modelos de vibrador. Vía inc.com
Este sistema liberaba a los receptores de autorradio de las voluminosas y engorrosas baterías. No hace falta decir la gran cantidad de interferencias y ruidos que generaba este dispositivo muy difíciles de corregir. Este componente al ser tan complejo, la duración era muy limitada debido al desgaste continuo de las placas y platinos.
La radio en el automóvil no alcanzó su plenitud y seguridad en la recepción hasta la llegada del transistor. En España coincidió en el año 1960, que es cuando se inicia la fabricación y comercialización por parte de Seat de diversos modelos de coches, entre ellos del popular Seat 600.
Seat 600, año 1959. Vía bricamotor.es
En el próximo post hablaré de la radio en el coche española, con todos los detalles de los aparatos y sus esquemas eléctricos e imágenes a partir de los años 60. ¡Espero que os guste!
Deja una respuesta